martes, 27 de noviembre de 2012



Los medios de comunicación y el asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán


El 26 de junio del 2002, luego de seis meses de que las protestas y el malestar social terminen con la presidencia de Fernando De La Rua, los piqueteros resolvieron cortar con el acceso a Capital Federal como protesta contra las políticas del Presidente Eduardo Duhalde. El Puente Pueyrredón fue el lugar elegido que utilizaron las organizaciones, ya que era el acceso principal a Capital Federal desde la zona sur del Gran Buenos Aires. En este corte, fueron asesinados por la Policía, los piqueteros Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.


Ya lo venían anticipando en los días previos los mismos medios, los funcionarios y los desocupados, todos sabían que la movilización del día 26 no iba a ser una más. El gobierno a través de Alfredo Atanasoff, Jefe de Gabinete de Duhalde y principal vocero había insistido que no iba a permitir el corte a los accesos a la Capital Federal y que haría todo lo que fuera necesario para evitarlo. En el delicado contexto político de aquellos días, una afirmación de ese estilo correspondía a una provocación para las organizaciones sociales.

Obviamente, se cumplió lo dicho por el vocero del gobierno de Eduardo Duhalde, Alfredo Atanasoff, hicieron todo lo posible para evitar el corte del Puente Pueyrredón y la policía terminó con la vida de dos jóvenes. 



De esta forma, casi todos los medios de comunicación argentinos tenían, esa misma tarde, el material fotográfico para mostrar que los policías habían asesinado a los piqueteros. Pero no mostraron eso. ¿Por qué?


Así, los medios de comunicación, sobre todo Clarín, dejaron en evidencia que se “informa” desde los intereses propios y no para representar lo que el pueblo quiere saber. Es decir, se selecciona la información, y se construye la realidad. 


El fotógrafo independiente Sergio Kowaleski y su colega de Clarín, José ‘Pepe’ Mateo tenían en sus cámaras la secuencia del crimen de Santillán en la estación de trenes de Avellaneda, aunque estas fotos recién se publicaron de manera completa 48 horas después de los acontecimientos. Kowaleski les dio sus fotos a la organización Correpi y ésta, después de ver todas las fotos decidió  llevarlas al diario Página/12 para demostrar que la versión oficial, que afirmaba había sido un cruce entre piqueteros era una mentira, ya que los verdaderos asesinos eran policías. El diario Clarín contaba con las mismas fotos porque las había registrado Mateos, que también publicó recién dos días después.
 De esta manera, se discute si los medios de comunicación entran en relación con lo político o con la política ya que la autora Chantal Mouffe lo diferencia así: "concibo 'lo político' como la dimensión de antagonismo que considero constitutiva de las sociedades humanas, mientras que entiendo a la "política" como el conjunto de prácticas e instituciones a través de las cuales se crea un determinado orden, organizando la coexistencia humana en el contexto de la conflictividad derivada de lo político"




Por esto, se considera a los medios de comunicación en “la política” como una herramienta determinada para crear un orden. De esta forma, ubicamos al periodista como un elemento fundamental de esta herramienta que es “la política”.
Pablo Llonto, ex periodista del Diario Clarín en el documental “La crisis causó dos nuevas muertes” explica esto “El Periodista es un político, porque es el que traslada una imagen de lo que sucede en la sociedad al lector, al televidente. Y la visión de la sociedad siempre es una visión política… Este diario (Clarín) es uno de los mayores bochornos del periodismo argentino en toda su historia. No hay cosa pero que se haya hecho, bueno, en la dictadura las hubo, pero esto tiene mucho de parecido. Arrancando por lo de la tapa, que dice ‘la crisis causó dos nuevas muertes’ cuando la noche del 26 de junio se sabía que había sido la policía. En la editorial dice: ‘es decir que la violencia puede haber sido, más que una consecuencia de las tensiones creadas en este tipo de situaciones o de un mal proceder policial, un hecho buscado’ es decir, los piqueteros fueron a buscar muertos. Está dicho en el análisis de Julio Blanck de ese mismo día, donde dice que los que ganan con estas muertes son ‘las organizaciones que necesitan esta represión y estas muertes  son ‘las organizaciones que necesitan esta represión y estás muertes para legitimar un discurso y una acción política’ y eso es peligroso porque que durante un día y medio el mensaje sea uno puede determinar más muertes, ocultamiento de prueba.”


El periodista Pablo Llonto intenta mostrar como el ex presidente Eduardo Duhalde y el grupo Clarín se debían favores mutuamente. A su vez el monopolio multimediatico tenía intereses económicos y el poder hegemónico sacaba de peligro la construcción de la agenda mediática del Grupo Clarín. Entonces, como devolución de favores al gobierno de Duhalde se decidió, desde la redacción del diario adjudicarle la responsabilidad de las muertes de Kosteki y Santillán a la crisis. De esta manera, ubican como sujeto de la oración al sustantivo “crisis” ya que esta no puede realizar acciones por sí sola. Entonces, vemos que de este sustantivo se predican diferentes objetivos, pero ninguno es causante de una muerte. La crisis, en todo caso tiene causas y razones de existir como el desempleo, pobreza, desigualdad, etcétera, que conllevan a muerte. Pero de esta manera ‘la crisis’ como sujeto de la oración cambia el punto de encuentro que es quienes fueron los responsables de esta muerte. Así, “el gran diario argentino” intentó desligar al ex presidente de cualquier responsabilidad política que pudiese tener. Para llegar a este punto utilizaron un elemento astuto y mezquino.

Entonces debemos remarcar, que “La crisis causó dos nuevas muertes” fue puramente un hecho político, donde el diario no informó sino construyó la realidad que buscaban o les convenía para desviar el tema y lograr que no se lo culpe al Presidente Duhalde.


“Cometimos un error con este título. ¿Qué tengo que hacer? ¿Cortarme las venas?” afirmo Julio Blanck, editor de Clarín, en el Documental “La crisis causó dos nuevas muertes” mientras señala la tapa del diario del 27 de junio de 2002. Los editores Goldberg y Blanck en el mismo documental, insisten en la idea de que en ese momento no podían saber lo que había pasado. Pero esquivan la pregunta de por qué ni siquiera los movilizó la labor periodística por encontrar la verdad, que estaba en sus propias fotografías ya que, había dos muertos y nadie investigó ni en el material fotográfico o intentar encontrar alguna pista que aclarase el silencio. Por otro lado, Blanck en una charla que dio para la secretaría de cultura de la Nación habló del las responsabilidades del periodismo actual y mostró incoherencias entre su relato y su accionar: “Somos los únicos que tenemos en nuestro ADN la obligación de tamizar la información que se recibe por alguna cantidad de filtros, esto se llama praxis profesional. Tenemos cierta obligación de comprobar cuán de cierta es la información que vamos a difundir, tenemos la obligación de ponerla en cierto contexto”.


Laura Vales, periodista de Página/12, la única periodista de medios gráficos que estuvo en Avellaneda dice “Llamaban a la redacción los voceros de  Duhalde. No presionaban directamente, sino que decían su versión: que los piqueteros se habían matado entre ellos”


Vales en su artículo periodístico fue la única que aseguró que los policías habían disparado contra los manifestantes además que descartó de plano la posibilidad de que los piqueteros hubieran tirado (había habido 150 detenidos y a ninguno se le había secuestrado arma alguna), y además restó entidad a la conferencia de prensa en la que Fanchiotti explicaba que los manifestantes se habían matado entre ellos. Vales también fue la única que describió cómo había sido la participación de Santillán en la manifestación, simplemente porque se lo había cruzado minutos antes de la represión. Su crónica tenía un valor insuperable: había estado en el lugar de los hechos. En el documental anteriormente nombrado, Vales, cuenta que corrió con los manifestantes.


De esta forma, los grandes medios masivos contaron su “verdad”  desconociendo a la sociedad civil y defendiendo a la sociedad política. La primera es para Jürgen Habermas []”el conjunto de instituciones que definen y defienden los derechos individuales, políticos y sociales de los ciudadanos y que propician su libre asociación, la posibilidad de defenderse de la acción estratégica del poder y del mercado y la viabilidad de la intervención ciudadana en la operación misma del sistema; por otra parte estaría el conjunto de movimientos sociales que continuamente plantean nuevos principios y valores, nuevas demandas sociales, así como vigilar la aplicación efectiva de los derechos ya otorgados. Así, la sociedad civil contiene un elemento institucional definido básicamente por la estructura de derechos de los estados de bienestar contemporáneos, y un elemento activo, transformador, constituido por los nuevos movimientos sociales.” 


Así, los medios de comunicación, defendieron a la sociedad política que es entendida como “una organización social heterogénea, puesto que está constituida por diferentes grupos étnicos previos (tribus, naciones en sentido étnico), orientada a mantener la propiedad del propio territorio frente a otras sociedades políticas, y a mantener la eutaxia a través del conflicto de grupos y clases sociales. La organización de la sociedad política corre siempre a cargo de una parte de la misma que totaliza, a través del poder político, el resto de partes (aunque no del todo: totum sed non totaliter) proponiéndose como objetivo la eutaxia”.






Por esto, se considera como un derecho al ser informado con la verdad. Ya que todos tenemos derecho al conocimiento y a la participación, es decir, solo conociendo podemos participar. Pues así, podemos seleccionar los medios y los mensajes que nos llegan y ser informados verazmente. El hecho de contar con un canal único o una única versión por tomar conocimiento de la realidad es lo que permite aislar a una comunidad del resto del mundo y admitir la posibilidad del autoritarismo. Siempre se escucha en distintos medios de comunicación hablar y pararse en un lugar de objetividad absoluta  a través de los cuales prometen al público que va estar informado de todo lo sucedido, y que así podrá conocer  lo que pasa día a día y afirman que eso es todo lo que se necesita saber y confirman cuales son los temas del día. La verdad es que así como hoy son los medios de comunicación los principales constructores de las imágenes públicas, estas no dejan de ser justamente construcciones, a través de las cuales los medios elaboran distintas versiones de los mismos hechos, y de esta manera con el mismo material los distintos medios nos cuentan noticias diferentes y los mismos actores ocupan funciones diversas de acuerdo con el lugar que se le asigne en los hechos y la manera en que analicen estos hechos.
En este caso podemos observar que la imagen pública de los necesitados de protestar en los espacios públicos por la violación de sus derechos a trabajo, vivienda digna, entre tantos más, es representada mayormente por las empresas mediaticas y no mediaticas que relacionan a la protesta con la delincuencia e identifican a las víctimas de la pobreza como los culpables de sufrirla y que son ellos los que provocan caos y malestar en la sociedad.
                                                                                                                                     Facundo Miranda

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